lunes, junio 09, 2008

Agua


No son lágrimas lo que ves
recorrer las comisuras de mi cara
es el sudor de mis ojos
y su esfuerzo de vivir sin mirarte

No es sangre lo que reverbera
detrás del atardecer en la ventana
son mis poros llorosos
y su nostalgia de tu piel reventándolos

No es aire lo que toma mi forma
y me salva del cuerpo sumergido
es vapor, promesa de lluvia
anfitrión etéreo y paciente.

Un día claro y relajado
cuando salgas a pasear
envuelta en aquel vestido
te diluviaré por sorpresa.

4 comentarios:

pispiration dijo...

Lucía:
No soy poeta pero esto me salió pensando en tí durante el viaje.

Autocrítica:

Sin rima ni métrica, totalmente amateur.
En el segundo párrafo usé un gerundio: ¡sacrilegio!

Pero bueno, me sigue gustando y te lo tenía que decir.

Anónimo dijo...

Uy, un poco atemorizador, como del génesis o del apocalipsis. Gracias pues, al final no hay ternura sin dureza, ni rudeza sin algo de ternura. También te pienso hasta querer que seas una sustancia no volátil, a veces más como roca que como vapor. Muá.

Lucía cascabelera

Midori dijo...

órale, me late cómo escribes!

Mario Sánchez dijo...

pablito, no manches, la última estrofa está poca madre. es poderosísima.