Cuando uno tiene fiebre percibe al mundo de otra manera:
- La mochila ligera se convierte en losa del Pípila
- La fresca habitación donde se labora se vuelve un refrigerador industrial
- Cualquier otrora suculento platillo se compone de ingredientes asquerosos e intolerables
- Donde sea que dé el sol, es un maravilloso lugar para quedarse dormido
- Se le ocurren a uno ideas seudoeutanásicas y reparte de una vez sus bienes, sin notario de por medio.
Pero los antibióticos y el amor de la pareja regresan todo a su estado original, haciendo que este posteador postee pronto más posts.
martes, junio 17, 2008
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2 comentarios:
Sí, sé a lo que te refieres... Yo he redescubierto los poderes curativos del amor de mamá.
ya conocía este blog :) qué padre descubrir que es tuyo. te visitaré con frecuencia. saludos.
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