Dí un amor civilizado, con recibos y escena del sofá; los dos viajamos al pasado y volvimos del mercado con ganas de llorar. Permití vecinas con pucheros, tampoco sembré ni compartí; casi nunca tuvimos un catorce de febrero tranquilo, ni cumpleaños feliz. Cargué las maletas, dejé que eligieras el champú y que nos mudarámos de planeta y cortarte la coleta. Tuvimos decenas de domingos por la tarde, juntamos para mañana, tuvimos discusiones feas con relación a llegar a fin de mes; me comía la manzana dos o más veces por semana sin ganas de comer. Creamos un calor de invernadero y además de besarnos las cicatrices, nos hicimos otras, y tuvimos México y Oaxaca eIxhuatán y Morelia y Acapulco y Vallarta y Tlalpujahua y Colima con aguaceritos que hacen ahora un Coyoacán sin ti.
Y lo que más duele, lo que todavía no me deja dormir, es que no supe demostrarte que sí, que lo tenías. Que moría por ti.
4 comentarios:
ay Pablo Mata, sí Mata el amor, a veces, y nunca muere pero Mata, aunque sea la mata del amor.
:)
=(
No soy fan de ninguno de los dos señorones, pero créeme que entiendo cómo te sientes.
Méndigas canciones llegadoras.
Todo irá bien verás.
Incluso estas cosas, se llegan a ver con una sonrisa algún día.
O al menos es lo que yo me he estado diciendo en estos días de desamor y me ha ayudado al menos a recobrar la paz perdida.
Tqm
Yu
:(
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