Hice un experimento.
He contado las palabras que salen de mi boca desde que me despierto hasta este momento, es decir a punto de irme a dormir.
Hay días en los que son alrededor de cien. Y esos son días laborales en los que estoy con gente.
Está muy manoseado el aforismo aquel que dice que el hombre es amo de su silencio y esclavo de sus palabras.
¿Seré un afortunado y súper libre ser humano? ¿o hay algo más detrás?
miércoles, agosto 06, 2008
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2 comentarios:
Me inclinaría a creer que estás en un proceso introspectivo... o que no estás con ganas de conversar en tu trabajo y con aquellos que te rodean, o tal vez simplemente eres el "dueño del silencio".
Muy bueno el texto. Llego por primera vez (desde lo de Chimal), ya volveré.
te dejo una invitación a mi espacio: www.minificciones.com.ar
creo que las minis serán de tu agrado.
saludos
Delfín
yo hago uno parecido, quiero un silencio pero mental, se oye muy mamón, lo sé, pero quiero dejar pasar mis pensamientos, dejarlos ir sin aferrarme a ninguno, es complicado, ves las imágenes esfumarse, no siempre lo logro, trato de no sentir nada, es muy difícil.
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