Breve pero enérgico post
Cuando aún estudiaba en la Sogem, una tarde soleada chateé con mi gurúa. Ella también es sogemita, sólo que terminó algunos meses antes que yo. Comenzamos a platicar de las chambas, y de la vida después de Sogem. Ella me dijo: "No temas, se ponen buenos los trancazos."
Ahora que estoy trabajando en una revista, recuerdo esas sabias palabras. Pero esta mañana llegaron con velocidad a mi mente cuando Gina Halliwell me platicó su historia.
Resulta que a mi amiga le ofrecieron trabajo en una página argentina de música, estilo...psycho trance progresivo o algo así. Todo marchaba bien, hasta que una ex-empleada de la página, por rencor o por locura o por odio simple y contundente, hackeó e inhabilitó la página.
Gina Halliwell, sin deberla ni temerla, se quedó sin chamba, sin oportunidad de salir a cuadro en el canal de tele de la página, y, más importante aún, sin hacer lo que más le gusta además de escribir: hablar de sus gustos musicales.
Trancazo para Gina Halliwell. Pero charcos más sucios ha sorteado Ginita, y desde aquí le mando cien porras con todo y pompones: Tú puedes, no te desanimes por este incidente menor. Sí, se ponen buenos los trancazos, pero tú pegas más, y pegas mejor. ¡Ea!