jueves, diciembre 20, 2007

Como mi post del cuento navideño fracasó, he aquí mi reseña de la película "La Brújula Dorada", que he titulado:

Ay, Chris Weitz: te quitaron tu daimonion y te pusieron a dirigir la película.

“Luces del Norte”
, la novela de Philip Pullman, no tiene nada que ver con la opinión que a continuación haré. ¿por qué? Pues porque película y libro deben defenderse solos.

Muchos son los riesgos que se corren cuando un gringo se pone a interpretar obras de otras culturas, aunque sea (big deal, piece o’cake!) con un idioma en común. Chris Columbus (Yes, here comes the big-and-obvious-Harry-Potter comparison) tuvo el tacto de contratar personal, casting y locaciones inglesas. Pero el inexperto Chris Weitz (American Pie [!!!], About a Boy) se las ingenió para hacer todo más práctico y “facilito”:

“Usemos la pantalla azul durante dos terceras partes de la película. Total, lo arreglo todo con las compus y con los 200 millones de dólares que tengo de presupuesto”

“Matemos de aburrimiento al público los diez primeros minutos con información completamente innecesaria. Si llenamos toda, ABSOLUTAMENTE TODA la película con música de elevador, no se notará.”

“Como tengo diseñadores de arte bien chingones, el ritmo, la iluminación y el lenguaje cinematográfico con los que cuento la historia pueden quedar en segundo término”

“Como no quiero que me comparen con El Señor de los Anillos, contrato al que hizo de Gandalf para la voz del ser blanco que ayuda a la protagonista, y a Christopher Lee como malo, malo, malo.”

Ahora bien, una de las críticas que se le hace a la adaptación es que no profundiza en la crítica a la iglesia. Eso no me parece grave, pues dentro de la lógica de la película, se entiende más o menos quiénes son los villanos. Además, creo que Weitz, como buen gringo, no conoce muy bien los alcances de la iglesia católica. No, lo que me parece grave de la adaptación es ¡el FINAL!, pues omite algo importantísimo en aras de la Clasificación PG y de la secuela.

Claro que hay aciertos en la película. Los osos, los daimonions. Pero no es suficiente. Me parece que Weitz leyó su ejemplar de Luces del Norte como un guión, no como una novela; no le pone alma a su película, como si le hubieran extirpado su daimonion. Weitz anda como el oso malo de la historia, con adornos de oropel y una muñeca de trapo, sin vida y queriendo simular un alma que nunca tuvo. Como si se robara la cáscara de la novela de Pullman. Ay Chris Weitz, ¿quién se llevó tu daimonion urraca?

4 comentarios:

Asilo Arkham dijo...

Hola, Pablo. Navegando en la weba encontré tu blog. Qué bueno que leí tu crítica para estar preparado cuando vea la película. Bueno, como dijo Verónica: "Sólo voy al cine a hacer corajes." Y así nos pasa a nosotros. Me va a molestar que no mantengan el espíritu de la novela, pero de todas maneras no quiero perdermela.

Anónimo dijo...

Creo que un análisis o reseña de una adaptación forzosamente debe hablar del texto original, en este caso de la novela, aunque coincido contigo en que la peli y el libro tienen su valor por sí solos y en este caso la película -me consta-es mala, mala y la novela -según me han dicho- muy buena. Pero aunque la peli no deba ser lo mismo que la novela porque el cine cuenta con otros recursos y es otro lenguaje, una reseña de una adaptación de literatura a cine, sí debe considerar la novela. De todas formas tienes razón en los rasgos negativos que mencionas. Saludos polvorientos.

Lira Capotrasto Norteada

La niña Fonema dijo...

la novela es buena pero no tan tan tan buena... tiene lo suyo, que ni qué...
una profesora me decía: "nunca tomes decisiones muy enojada o muy contenta"... eso aplica también para escribir textos...

La niña Fonema dijo...

mi blog es un diario, escribo sobre mis emociones ('sobre' entendido como acerca pero también como encima). si titulas un texto como "reseña" el lector genera expectativas. si no te gusta la crítica, no permitas comentarios. guarda la proporción, pablito, el sentido proporción es básico para cualquier creador.