jueves, junio 10, 2010

El Milagro



Toda la ciudad se reunió en la pista de caballos para ver al hombre que recorría el mundo horizontalmente.

Le ofrecían agua, comida, refugio. Pero el hombre ni sudaba, ni sonreía, ni se detenía. Sólo pasaba por ahí porque la ciudad estaba en su camino.

Le tomaron muchas fotos y todos hablaron de él por algún tiempo. Después dejaron de seguir su no-rastro y la bulla volvió hacia la vida de caminantes normales.

Pero he aquí que el hombre terminó por fin su recorrido. He aquí que el secreto de su andar llamó a nuevos secretos. Más poderosos, más incomprensibles.

Y ahí viene.




(foto tomada a escondidas en el Archivo General de la Nación)