martes, junio 30, 2009

martes, junio 23, 2009

Cuando no tengas tiempo para postear


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Keep Walking

(del concurso mensual de la página de Alberto Chimal)

Un buen día a la Tierra le salieron patas. De día pisaba las nubes y por las noches saltaba de estrella en estrella. Era muy feliz corriendo sobre su propio eje, burlándose de los demás planetas que sólo giraban, aburridas bolas de gases.

Pero he aquí que llegó el hombre, y el hombre también tenía patas. Y uno de ellos, en su trabajo diario, cayó distraído sobre una roca y perdió sus piernas.

Lloró el hombre su mala fortuna, hasta que un día un astrólogo le dijo que podía ayudarlo. Que sabía dónde encontrar piernas nuevas. Musculosas y resistentes. “¿Cuál es el precio?” le preguntó. Y el astrólogo le dijo: “Tendrás que caminar siempre, día y noche sin descansar.” El hombre aceptó.

Mediante cálculos con sextantes y telescopios, el astrólogo ubicó las piernas de la Tierra, y con el hombre sin piernas atado a una tabla con ruedas, persiguió a la Tierra a través de sí misma. La Tierra se espantó: nunca nadie la había perseguido. Corrió mucho más rápido y los días se acortaron y las mareas se encresparon.

Fue en una persecución por una playa cuando una ola confundida derribó las piernas de la Tierra, y el astrólogo le dio alcance. “¡Rápido!” le dijo al hombre. “¡Póntelas!” Y aquél hombre se las puso, y caminó feliz por primera vez en mucho tiempo. El astrólogo tuvo que correr para acompañar su paso. “Antes de morir,” le advirtió “deberás heredar tus piernas, que no envejecerán jamás, a otro desafortunado que haya perdido sus piernas. Promételo.” Y antes de perderse en el horizonte, ese hombre aceptó. “Sí, lo prometo.”

Desde entonces las piernas de la Tierra las lleva un hombre anónimo, responsable él de hacer girar el mundo. Así como las recibió, así se librará de ellas. Y la Tierra, que no olvida ni perdona, provoca accidentes, tiembla, se estremece, para ver si alguno de los hombres que caen es el portador de sus piernas. Y nuestro fin, cuenta el astrólogo, llegará cuando el hombre deje de caminar, la fuerza de mares y continentes choquen en ausencia del movimiento actual, todos sus habitantes sufran mutilaciones, y la Tierra recupere su andar.

miércoles, junio 17, 2009

lunes, junio 15, 2009

Sábado

Este sábado hice dos cosas a primera vista cotidianas y mundanas:

Por la mañana fui a ver UP y en la noche fui al concierto de Café Tacvba.

Pero si le rasco un poco más profundamente, sé que ese fue un día muy importante para mí.

Desde hace un rato me siento perdido y con dudas sobre muchísimas cosas, pero estos eventos del sábado me ayudaron a ver más claramente.

UP me dijo que las dudas nunca se acaban y que mientras tanto uno hace su vida.

Y el concierto me dijo que hay tantísima gente parecida a mí. Que mi camino está alineado por el de muchos otros; y se cruzan y tienen puentes y hacen un ovillo palpitante, anudado a veces en momentos como el concierto, cuando Rubén o cualquier persona desde fuera nos hace ver el camino recorrido y el tiempo transcurrido.

Hace poco mi madre me dijo casi histérica que no entendía por qué yo me quería quedar en la ciudad. Y yo le contesté con calma:

“Cada vez escucho más la voz de mi generación. Y yo quiero estar ahí.”

Y me dejó en paz. No sé si soné pretencioso y egoísta y la verdad no sé si eso es lo que quiero. Tal vez nunca he superado ni superaré mis ganas enfermas de sentir que pertenezco a algo.

Pero por primera vez siento que si volteo a ver, no lo he hecho tan mal. La pertenencia es mi Cascada Paraíso. Debo relajarme, escuchar, no sentir que todo es personal, como si no hubieran habido otras cincuenta y cinco mil personas con sus propios problemas cantando Las Flores al mismo tiempo que yo.


martes, junio 02, 2009

Fui

Fuí a Chihuahua.











Y me encantó.

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