visitas.
Felicidades a mí.
domingo, mayo 31, 2009
jueves, mayo 21, 2009
Prendan sus bocinas
Porque les voy a compartir unas cápsulas de mis tiempos uameros.
(POR CIERTO: YO escribí los guiones y edité las cápsulas)
¡Que los disfruten!
(POR CIERTO: YO escribí los guiones y edité las cápsulas)
¡Que los disfruten!
domingo, mayo 17, 2009
sábado, mayo 16, 2009
Dos películas latinas
Los personajes principales, al inicio de la película, se pierden la pista uno del otro. La película, en términos muy simples, es la búsqueda.
La primera, Paraíso Travel, es colombiana. Y desde el principio se le nota el presupuesto. Dollies en casi todas las escenas, un casting de lujo (como John Leguizamo y la legítima Gaviota original, Margarita Rosa de Francisco), locaciones en Medellín y Nueva York, y hasta tomas en helicóptero.
La trama se desarrolla ágil, acerca de una pareja colombiana que decide buscar suerte en los Estados Unidos. Aunque a veces con diálogos forzados, actuaciones débiles y edición á la Lost, la película logra retratar la ordalía que es ser un inmigrante, y cómo una decisión así afecta a un montón de personas.
La segunda, Cochochi, es mexicana. Un par de niños tarahumaras que necesita llegar de un poblado a otro a dejar unas medicinas toman prestado el caballo de su abuelo.
El presupuesto es visiblemente menor pero no deja de ser mañoso: El puro paisaje de la sierra hace la película. Los diálogos son espaciados entre toma y toma, y la mayoría son en rarámuri.
Las inquietudes de ambos niños y su interacción con otros personajes son a mi gusto cautivadoras y me muestran un retrato de cuerpo entero de la comunidad.
Las dos son muy recomendables.
martes, mayo 12, 2009
El Huracán de la Sierra
En 1963, el padre Francisco Miracle llegó a un pueblito de la Sierra Gorda llamado Tilaco con la intención de hacer una carretera desde Querétaro que conectara los pueblos de la zona.
Se dirigió a la capital para pedir apoyo al gobierno, después de todo era un asunto que le concernía. Y fiel, pero priísta a final de cuentas, el gobierno después de muchos trámites burocráticos, le prestó al padre un camión de volteo. Uno. Por un mes. Para construir una carretera.
“Está bien”, dijo Miracle y se lo llevó muy contento. Lo estacionó donde la carretera colindaba con la Sierra Gorda, y anduvo el resto del camino. De regreso en Tilaco, mandó llamar a todos los hombres aptos y se los llevó de vuelta al camión.
Pieza a pieza, los hombres desmantelaron el camión, lo cargaron a cuestas, y lo volvieron a armar en Tilaco. Desde ahí comenzó la construcción de la carretera.
Pasadito el mes, llegaron al pueblo oficiales del gobierno reclamando el camión. Obviamente la carretera no estaba ni a medio terminar. El padre Miracle les dijo: “Está bien. Llévenselo.” Los hombres se miraron mutuamente, vieron el camión, vieron el no-camino, y se fueron a pie.
El camión de volteo se quedó en la Sierra Gorda. La carretera se terminó años después y hasta ahora, junto a la escultura de Miracle, en Tilaco, descansa el protagonista de esta historia que me gusta mucho y que se la cuento al que se deje.
Se dirigió a la capital para pedir apoyo al gobierno, después de todo era un asunto que le concernía. Y fiel, pero priísta a final de cuentas, el gobierno después de muchos trámites burocráticos, le prestó al padre un camión de volteo. Uno. Por un mes. Para construir una carretera.
“Está bien”, dijo Miracle y se lo llevó muy contento. Lo estacionó donde la carretera colindaba con la Sierra Gorda, y anduvo el resto del camino. De regreso en Tilaco, mandó llamar a todos los hombres aptos y se los llevó de vuelta al camión.
Pieza a pieza, los hombres desmantelaron el camión, lo cargaron a cuestas, y lo volvieron a armar en Tilaco. Desde ahí comenzó la construcción de la carretera.
Pasadito el mes, llegaron al pueblo oficiales del gobierno reclamando el camión. Obviamente la carretera no estaba ni a medio terminar. El padre Miracle les dijo: “Está bien. Llévenselo.” Los hombres se miraron mutuamente, vieron el camión, vieron el no-camino, y se fueron a pie.
El camión de volteo se quedó en la Sierra Gorda. La carretera se terminó años después y hasta ahora, junto a la escultura de Miracle, en Tilaco, descansa el protagonista de esta historia que me gusta mucho y que se la cuento al que se deje.
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