lunes, abril 21, 2008

ailbiB aL

En la misma lógica de este texto de Quino que no es de Quino, quise preguntarme:

¿y si la Bliblia se hubiera escrito con la intención de ser leída al revés?

Me lo imagino como en una película rebobinándose en pantalla.

Jesús sería el que regresaría de su resurrección a la concepción sin pecado, sería liberado por los romanos y tentado en el desierto a no volver a su infancia.

Serían los judíos quienes persiguiesen a los egipcios por el Mar Rojo, después de ignorar los diez mandamientos.

Y la película seguría regresando hasta que Dios le devolviera a Job todo cuanto hubo perdido y hasta que la ballena escupiera a Jonás.

Cada vez habría menos engendraciones hasta que Caín y Abel fueran dos niños retozando en un jardín muy parecido al Edén.

Seguría regresando hasta que Eva se le metiera en el costado a Adán, quien pasearía solo en el jardín que era, ese sí, el Edén. Hasta volverse sólo un sueño de barro en la imaginación del creador, hasta que este mundo se fuera deshaciendo, de animal en animal, de mar en mar, de luces en sombras.

Y con la misma sensación con la que nosotros conocemos el mundo cuando nacemos y como lo dejamos cuando morimos (esto es, lo acepto, una suposición), así terminaría la lectura al revés. Con un sentido entremezclado de pérdida y curiosidad. De miedo y valor. Terminaríamos, literalmente, en el principio.