miércoles, enero 16, 2008

Otro ejercicio Chimalesco

Alberto Chimal
ha propuesto un taller en su blog. El primer ejercicio era "imaginar a un personaje tan centrado en sí mismo que no tolera una conversación que no trate de él (o ella)" Y con base a eso, hacer que el personaje conteste cinco preguntas. Mi propuesta, que a continuación reproduzco, mereció este comentario del mismísimo Chimal.

1)—¿Viste que ya empezaron los aumentos de precios?
Híjole, sinceramente no. Es que ¿sabes? yo invierto en cetes pero de la bolsa de Nueva York. Y como siempre he vivido en base a la economía americana, a mí me afecta la recesión hipotecaria, no las crisis sexenales.

2)—El otro día vi que descubrieron un nuevo sistema solar. No sé cuántos planetas en no sé qué estrella.
Mi hija nació en el año que en pasó el cometa Halley. Mi esposa y yo lo calculamos muy bien. Incluso fuimos a Catemaco para que un brujo apadrinara a la bebé e incluso santificara su concepción. Hicimos el amor en su cabaña, a orillas del lago.

3)—Yo le dije: “Uno tiene que creer en algo, si no crees en nada
entonces ¿qué?”.
Dale mi número. Yo soy especialista en crisis de fe. Hace algunos años fui a un retiro espiritual cerca de Zamora, Michoacán. ¿Quién crees que había ido también, como semi-incógnito? Norberto Rivera. Había muerto su padre. No sabes cómo lloraba ante cualquier provocación. Sólo platicando con él, echándole porras, pudo salir adelante. Ahora míralo dónde está. Es él quien confiesa a mi familia, cada domingo en Catedral.

4)—Ese tipo es como Hitler. Alguien tendría que hacer algo. Tirarlo del poder, invadirlo.
¿Te das cuenta? Tú eres igual o más intolerante que él al decir eso. Si él es Hitler tú eres su Stalin. No, no, no. Yo creo que es más complejo, hay que cambiar desde abajo, como en todo cambio, toda revolución. Es bastante sencillo si se le ve así. Es lo que ha pasado en todos los procesos históricos del mundo moderno. Bueno, según lo que aprendí con Krauze en un diplomado que hice en el CIDE. Y ahí no admiten a cualquier pendejo, ¿eh?

5)—Tengo un tumor en un brazo. Como de este tamaño. Los doctores todavía no saben…
Yo no confío en los doctores. Mi esposa se quería operar la nariz. Que le quedara así, respingada. Pero no cambió mucho, bueno, no lo que yo esperaba. Yo también quería que se arreglara los ojos, para que no usara lentes, pero después de lo de la nariz le dije que así me gustaba. Después de todo, nos amamos, y como dijo el padre, “en las buenas y en las malas, hasta que la muerte nos separe”, ¿no crees?