jueves, julio 19, 2007

La Espera


Te amo. A pesar de todo. A pesar de mí y de tí. Aunque sean estos los últimos instantes de mi vida. Te amo y te amaré.

Recuerdo la primera vez que te ví. Estabas sola, tomando el sol. Te miré de lejos, detrás del árbol. Tu carne dorada y tu olor a miel me hipnotizaron. Quise acercarme pero me acobardé: Había muchos ojos, muchas manos...

Esperé. Todos se fueron y tú levantaste tu cuerpo caliente y caminaste hacia mí. Estaba seguro de que no me verías, pero cuando pasaste junto a mí, nuestras miradas se cruzaron.
Fue un solo instante, pedacito de tiempo que llenó de electricidad mi corazón...y pasaste de largo. Ese fue tu error. Porque con tu olor a alcatraz me enamoré de tí.

Sin que me vieras te seguí. Caminaste mucho. Te hubiera seguido hasa el fin del mundo, pero decidiste entrar. Se veía oscuro, fresco. Sin que lo sintieras, entré. Tú te volviste a acostar. En la penumbra, pude llenar casi todos mis sentidos contigo. Escuché tu respiración. Olí tu aliento. Contemplé tu desnudez. Estuve a punto de tocarte, de probarte...pero comenzaste a despertar.

Me escondí justo a tiempo, pero me pareció que habías notado mi presencia, y que no te desagradaba. Cuando dormías de nuevo decidí arriesgarme. Quizás no sabías de mi existencia, quizás fingías y deseabas jugar este juego. En cualquier caso daba lo mismo: yo te amaba.

Comencé a recorrer tu piel. Me acosté sobre tí dulcísimamente para no despertarte...y empujé. Entré en tí, fuimos uno solo. Tú soltaste un suave gemido. También disfrutabas. Era el nacimiento de un delicioso, intenso, cálido amor. Un amor que merecía un gran, estruendoso aplauso...

¡CLAP!

Me aplastaste. Sin pasión, sin compasión. Me estoy ahogando en nuestras dos sangres, y mis alitas están hechas polvo. No tardo en irme, lo sé. Pero tú llevarás un recuerdo mío por mucho tiempo. Te amo. A pesar de todo. A pesar de mí y de tí. Aunque sean estos los últimos instantes de mi vida. Te amo y te amaré. Siempre.