martes, marzo 20, 2007

EJERCICIO CINCO

VUELVE A CASA

Interior de una cámper. Hay muchas pelucas de colores y atuendos llamativos. El PAYASO NARICITAS está desmaquillándose frente al espejo; el mago MISTERIO está sentado junto a él.

NARICITAS: ¿Cómo viste a la gente?

MISTERIO: ¿En cuál función?

NARICITAS: ¡En cualquiera de las dos! No importa, porque en todas han estado de la verga.

MISTERIO: Yo no siento que nos haya ido tan mal.

NARICITAS: ¡Pues claro! Tú eres el pinche mago. Si con desaparecer una paloma o un huevo están contentos. Gente culera, como si cuando les desaparecen su coche estuvieran tan asombrados.

MISTERIO: Oye, no me parece justo que—

NARICITAS: ¡Me vale si te parece justo o no! Es la verdad. El público ya casi no se ríe. Todos están amargados.

MISTERIO: Pues a mí no me lo parece.

NARICITAS: Pues porque a ti sí te aplauden. Vives el éxito, ¡Te han aventado flores, por el amor de Dios!

MISTERIO: Tú no sabes nada. Crees que me conoces porque llevamos ¿cuánto? ¿ocho años? compartiendo cámper, pero te aseguro que no sabes quién soy ni qué quiero.

NARICITAS: Ni quiero saberlo. Si cuando llegué no me importó hacer amigos, menos ahora.

(NARICITAS se aparta del espejo y se mete al baño)

MISTERIO: ¿Y así siempre fuiste? ¿En tu casa también?

NARICITAS: Qué te importa.

(MISTERIO comienza a probarse varios accesorios del payaso. La nariz roja,
pelucas…)


MISTERIO: ¿Por qué nunca te ha gustado hablar de tu familia?

NARICITAS: ¿Por qué quieres saber?

MISTERIO: Bueno, la verdad es que llevamos ocho años aquí y es cierto que tú no me conoces, pero tampoco yo a ti.

NARICITAS: Claro que me conoces. ¡Soy Naricitas!

MISTERIO: Y yo Misterio. Pero hablo en serio.

NARICITAS: ¿Qué hay que hablar? No mucho. Familia, familia, nunca fue. Ni mi papá llegaba siempre a la casa, ni mi mamá nos quería, ni mis hermanos jugaron conmigo. Eso sí, todos tomábamos. Pero un día me harté y me fui.

MISTERIO: ¿Por eso nadie te escribe ni te viene a ver? ¿Porque nadie sabe que estás aquí?

(MISTERIO encuentra una fotografía)

NARICITAS: Bueno, ya fue mucho, ¿no?

(NARICITAS sale del baño, y MISTERIO disimula)

NARICITAS: ¿Qué hacías?

MISTERIO: ¿Yo? Nada.

NARICITAS: ¿Estabas buscando dinero, pinche rata?

MISTERIO: No, yo te juro que—

NARICITAS: Por eso me hacías la conversación, ¿verdad? “Sí, que el payaso pendejo hable, y yo mientras, me chingo su lana”

MISTERIO: (Le enseña la foto) ¿Esta es tu familia?

NARICITAS: No me cambies el tema

MISTERIO: No mames, ¡eres rico! Es una mansión.

NARICITAS: ¿Tú crees que lo único que importa en la vida es el dinero? Esa gente no me quiere y punto.

MISTERIO: Pero eso fue hace años. Quizás cambiaron. Tal vez el tiempo lo mejoró todo. Igual y ya es hora de que regreses a casa.

NARICITAS: Estoy muy ocupado para estar pensando lo que es hora y lo que no. Y aunque no me guste mucho lo que hago, el Ingeniero me dijo que me ayudaría para entrar a un programa de televisión.

MISTERIO: Eso nos dice a todos. A mí me dijo hace cinco años que el Mago Frank estaba interesado en mi show. La verdad es que estás atrapado aquí. A menos que hagas algo.

NARICITAS: Tengo contrato aquí, por dos años más.

MISTERIO: ¡Yo te puedo cubrir! Entre mi show y el tuyo hay tiempo suficiente para que yo me cambie, y mientras busco a alguien.

NARICITAS: ¿Y el Inge?

MISTERIO: Como si no supieras que no va a ninguna función.

NARICITAS: ¿Y por qué esta disposición tuya de ayudarme?

MISTERIO: Bueno, yo siempre trato de ayudar a quien lo necesita.

NARICITAS: Sí pero yo no lo necesito.

MISTERIO: Claro que sí, sólo que no lo sabes. Ahora arregla tu maleta.

(MISTERIO saca una maleta, y los dos comienzan a llenarla de ropa.)

NARICITAS: Oye pero no te puedes hacer payaso así, de repente.

MISTERIO: No te apures…a decir verdad, tengo mi propio material.

NARICITAS: ¿En serio? A ver.

MISTERIO: ¿Me permites? (Toma una nariz roja, y se la pone. Aclara la voz) “Niños y niñas, adultos y adultas. ¿Cómo creen que sea la vida en el circo? Se lo pregunté a la señora barbuda y me dijo: “de pelos”. Se lo pregunté a los animales y casi todos me dijeron: “de pocas pulgas”. Menos al caballo. Es que ya es de muy poca monta y ni para preguntarle. Además dicen que su yegua es de cascos ligeros. Guaca guaca guaca” ¿Eh? ¿Qué tal?

NARICITAS: Híjole…pues mucha suerte.

MISTERIO: ¿Qué? ¿No te gustó?

(Tocan la puerta de la cámper.)

VOZ: ¡Naricitas! ¡Función privada, vístete!

(MISTERIO cierra la maleta)

MISTERIO: Tú escóndete. Yo saldré por ti. (Se abrazan) Buena suerte.

(MISTERIO se pone la peluca y se pinta rápidamente. Sale. Se escucha la sirena
de una patrulla
)

VOZ: ¡Es él! ¡Naricitas, te encontraron!

(Disparos. NARICITAS rompe la foto)

NARICITAS: Gracias, Misterio.