sábado, noviembre 25, 2006

JUEGOS DE PALABRAS (PRIMERA PARTE)
(o “¿alguien sabe cómo se llaman estas cosas?”)
Homenaje a Xavier Villaurrutia

Macilento.
Mmmh…así…lento
¡Más! ¡y lento!

La luna es con Dios, lo digo yo.
La luna escondí, os lo digo yo.

Lloro delirios
Y oro de lirios
y lloro de lirios
y oro delirios
blancos…

(Esta es de Villaurrutia:)

Si la veo, silabeo…

martes, noviembre 14, 2006

CRUCIGRAMA

Horizontal 1
Varón, criatura racional del género masculino.

Vertical 1
Hembra, criatura racional del género femenino.

Horizontal 2
Bien parecido, galán, lucido.

Vertical 2
Dotada de hermosura.

Vertical 3
Acto de coincidir en un punto dos personas. Nueve letras.

Horizontal 3
Convidar, incitar a moverse a un lugar.

Vertical 4
Afirmación o condicional, dependiendo del acento. Símbolo químico del Silicio.

Horizontal 4
Bebida que se hace por infusión con esta semilla tostada y molida. Dícese también de la casa o sitio público donde se vende y toma esta bebida.

Vertical 5
Conversar, hablar unos con otros sobre algún negocio y/o materia.

Horizontal 5
Aeronave que se desplaza en el aire mediante procesos físicos y químicos. Dar el…

Horizontal 6
Alabarse uno excesiva, presuntuosa y desordenadamente.

Vertical 6
Fastidiarse, cansarse de alguna cosa, tomarle tedio.

Horizontal 7
Acción y efecto de mirar.

Horizontal 8
Acción y efecto de acariciar.

Vertical 7
Defensa, custodia, honra, protección. Bajar la…

Horizontal 9
Ósculo, golpe de labios, manifestación de cariño.

Vertical 8
Placer intenso. El muerto al pozo y el vivo al…

Vertical 9
División territorial. Aplícase también a edificios. Te veo en mi…

Horizontal 10
Cuerpo orgánico producido por las aves en el proceso de reproducción.

Horizontal 11
Figura retórica que consiste en omitir. Curva cerrada.

Horizontal 12
Emoción extrema, incontrolable.

Vertical 10
Prefación, aquello que se hace antes de dar principio a lo que se trata de narrar o hacer.

Horizontal 13
Placer intenso, éxtasis. No confundir con vertical 8.

Vertical 11
Falta de satisfacción.

Vertical 12
Irritación, ira. En inglés significa valor.

Vertical 13
Ofender a alguien con palabras o acciones.

Vertical 14
Dícese del fruto temprano, prematuro. Eyaculación…

Horizontal 14
Acción y efecto de sorprenderse.

Horizontal 15
Ofender a alguien con palabras o acciones. Ver vertical 13.


Diagonal 1
Acción y efecto de regresar.

Vertical 15
Acción y efecto de sorprenderse.

Vertical 16
Hombre casado, con respecto a su mujer.

Horizontal 16
Acción y efecto de huir.

Diagonal 2
Acción y efecto de sospechar.

Vertical 17
Enfadarse, sorprenderse por un dicho o hecho.

Diagonal 3
Parte del día en la que no hay sol. Buenas…

Horizontal 17
Hacer uso del teléfono.

Vertical 3
Acto de coincidir en un punto dos personas. Nueve letras.
OBRADESQUITE

PERSONAJES

SOFIA
CARMEN
EDER
Todos treintones

(Sala de una casa. Tocan la puerta. Entra SOFIA)

SOFIA: Ya voy, ya voy.
(Antes de abrir, se rasca la entrepierna. Abre la puerta. Es CARMEN, de aspecto pálido y enfermizo)

CARMEN: Hola

SOFIA: Ah…Hola

CARMEN: Hablé con Eder hace unos días. Habíamos quedado que hoy venía a recoger mis –

SOFIA: Eder no está. Salió.

CARMEN: Ah…bueno, entonces, yo…regreso…

SOFIA: ¿Para que vengas a molestar otra vez? No, de una vez llévate tus cosas, que nuestra casa no es bodega.

CARMEN: Está bien. ¿Dónde --?

SOFIA: Ahí.

CARMEN: Ah, sí. Si no te molesta, me gustaría revisar que todo estuviera en la caja. Digo, para no importunarlos otra vez.

SOFIA: Como quieras, pero rápido por favor.
(SOFIA prende la tele y CARMEN comienza a revisar sus cosas. SOFIA cuida que CARMEN no la vea y se rasca la entrepierna. Nota algo y apaga la tele.)

SOFIA: Oye oye oye. Ese es mi espejo. Dámelo.

CARMEN: No…yo creo que te estás confundiendo…perdóname Sofía pero este espejo lo tenía desde antes de andar con Eder.

SOFIA: Sí te perdono Carmen, pero es mi espejo. ¿Sabes dónde me lo compró? En Chapultepec. Seguramente fue de las tantas veces en las que te decía que estaba con un cliente. Y te la tragabas todita, todita. O quién sabe, tú también pasabas mucho tiempo con el doctorcito.

CARMEN: (Suspira) Está bien, ten el espejo. Y mejor revisa tú, por si hay algo más tuyo. Necesito solamente una cosa, la encuentro y me voy de aquí.

SOFIA: ¿Qué cosa?

EDER: (Entra corriendo) ¡SOFIA! ¡SOFIA! ¡Se me olvidó decirte que…!

CARMEN: No importa, Eder. Ya llegué.

EDER: Este…sí…este…bueno… ¿ya se conocen? SOFIA, CARMEN, CARMEN, SOFIA.

SOFIA: Mi amor, los tres íbamos juntos en la prepa, ¿no te acuerdas, bomboncito?

EDER: Ah, sí, de veras. Qué memoria la mía. Perdón, CARMEN, estaba a la mitad de mi rutina de pesas cuando me acordé que venías. Y como me vine corriendo, también trabajé pantorrilla. Mira nomás, mira nomás.

CARMEN: Eh…no, gracias.

SOFIA: Ay, papacito. Cada día estás más bueno ven para acá.
(Comienzan a besarse y tocarse)

CARMEN: Ejem…

EDER: Perdón, perdón.

SOFIA: ¿Qué? Si no estamos haciendo nada malo. Además, tú ya te ibas, ¿no?

EDER: SOFIA, por favor…

SOFIA: Ay, como siempre, ya te vas a poner de su lado. Voy a la cocina, a terminar de cocinar nuestra comida de aniversario. Solos tú y yo…y nadie más.
(Sale SOFIA, rascándose la entrepierna)

EDER: CARMEN, discúlpame por…

CARMEN: No te estoy diciendo nada Eder. Sólo vine por mis cosas para que continuemos cada quien con nuestras vidas.

EDER: Ay, ya vas a empezar con tus discursitos de “yo soy la madura”, “tomo todo con sabiduría” “ay ay”.

CARMEN: Mira Eder. No te contesto porque sólo quiero que esto termine bien. Sé que todos cometemos errores. Nosotros fuimos nuestros errores, y aquí estoy para terminar con ellos.

EDER: CARMEN ¿qué te pasó? Eras tan divertida. Y de repente cambiaste. Tanto que…bueno, ya ves lo que pasó. No es culpa de nadie, simplemente se dieron las circunstancias.

CARMEN: Ajá.

EDER: Yo nunca supe qué pasaba entre tú y ese doctor.

CARMEN: Bueno déjame seguir revisando para ya irme, ¿no?

EDER: Aysh contigo no se puede.
(Sale Eder rascándose la entrepierna. Entra SOFIA rascándose la entrepierna)

SOFIA: CARMEN, nada más te digo una cosa. No le muevas, “amiguita”. Siempre quisiste ser la mejor de las dos. La que tenía la letra más bonita, la que sí sacaba diez…con la que todos querían…Pero ¿sabes qué? Ya se te acabó la magia. Porque aquí, conmigo, está el amor de tu vida.

CARMEN: (Riéndose) El amor…

SOFIA: ¿Qué es esto? (Le arrebata un papel de las manos) ¿Es lo que querías?

CARMEN: (Nerviosa) No…SOFIA, dámelo por favor. ¡SOFIA!

SOFIA: Ah, es una carta…De ti para mi Eder…Mmm…es mejor que él venga para leerla todos juntos.

(CARMEN comienza a perseguir a SOFIA, quien logra escabullirse siempre)

CARMEN: ¡SOFIA, ya!

SOFIA: ¡Eder! ¡Corazón, ¿puedes venir un momento por favor?!
(Entra Eder)

EDER: ¿Qué pasó?

SOFIA: “Querido Eder, sé que he estado un poco rara contigo pero te juro que todo tiene una explicación. Sé también que estás viendo a otra, y te perdono.”

EDER: ¿Qué es eso? Nunca me lo diste.

SOFIA: “Eres libre de hacer lo que quieras. Y como te perdono espero que tú me perdones a mí.”

CARMEN: SOFIA, te lo ruego.

SOFIA: “Eres una persona muy importante para mí, y nunca te olvidaré.” Aaay qué tierna.
EDER: ¿Qué tiene de malo la carta, CARMEN? ¿Por qué no me la querías enseñar? ¿No te has olvidado de mí?

CARMEN: Si así fuera, ¿importaría?

EDER: (Duda) La verdad, sí. Yo, la verdad, tampoco…

SOFIA: ¡Perra desgraciada!
(Le pega a CARMEN, ella cae)

EDER: SOFIA, ya basta.

SOFIA: Pues se te fue el tren CARMEN. Porque ahora Eder y yo estamos casados. Y tenemos una casa. Y ¿sabes qué? Te me vas de aquí.

(CARMEN se levanta y se soba)

CARMEN: Está bien. Pero lo que no quería que leyeras, SOFIA, no era la carta. Era lo que está del otro lado.
(CARMEN se va. Eder toma la carta y la voltea)

EDER: “Una inyección de penicilina por semana durante tres semanas…”

SOFIA: ¿Eso qué?
(Sin notarlo ambos han estado rascándose la entrepierna.)

EDER: “Ten mucho cuidado SOFIA, porque El riesgo de adquirir el VIH aumenta de 2 a 5 veces cuando existe sífilis. Cuídate”
(Se miran mutuamente. Con sorpresa, miran su entrepierna mientras cae el

TELÓN )

jueves, agosto 24, 2006

El Mimo Falaz
(VERSIÓN PRIMERA)
Escenario vacío. Entra MIMOTEO. Se planta a la mitad del escenario. Con la gesticulación característica de los mimos, se arremanga el saco, crea imaginariamente un podio, una mesa y un tocadiscos. Saca de su saco un disco imaginario, lo coloca en el tocadiscos y se planta nuevamente en medio del escenario, frente al público.

DISCO: Buenas tardes, mimos y mimas, cologos y colegas. Bienvenidos al Vigésimo Primer Seminario Internacional “Cómo ser un mejor mimo”. Antes de continuar, y siguiendo con el protocolo, procederemos a ponernos de pie…

MIMOTEO se pone en posición de firmes

DISCO: …y a enunciar con orgullo nuestro juramento de mimos.

MIMOTEO coloca su mano derecha en el pecho.

DISCO: Por los tirantes, por las playeras a rayas y por los blancos guantes, prometemos ser fieles al Código Mimal y a la Constitución Mimelana por los siglos de los siglos. Juramos odiar a muerte a los ordinarios payasos y, sobre todas las cosas, prometemos jamás pronunciar una sola palabra…

MIMOTEO se cierra la boca con un cierre.

DISCO: Una sola palabra-una sola palabra-una sola palabra-una sola palabra-una sola palabra-una sola

MIMOTEO se extraña, se gira para quitar el disco imaginario y lo mira de cerca.

MIMOTEO: Chin, ya se rayó el disco, cara---

MIMOTEO se tapa la boca. Permanece de espaldas a la audiencia por algunos
segundos. Lentamente y con mucho temor, se gira.

MIMOTEO: Per-dón…

MIMOTEO recibe muchos jitomatazos imaginarios del público.

MIMOTEO: ¡Ya! ¡Dije perdón! ¡En la cara no! ¡Ya estuvo suave, carajo, ya estoy harto! Yo ni siquiera iba a ser mimo. Sí, ya lo dije: mi familia me obligó. Maldita familia de circo. Papá domador de leones, mamá trapecista, hermana barbona y hermano trailero. ¿Qué hacía falta? Un pinche mimo. A huevo. Pero llegué a pensar: quizá no sea tan malo, tal vez me acostumbre. Una hora antes de cada presentación, cierro los ojos, respiro hondo, y me lanzo al silencio. No puedo, no quiero creer que para ninguno de ustedes haya sido tan fácil. Tuve que hacer incluso un funeral para mi voz. Para vivir el duelo y olvidar cómo sonaba, cómo vibraba mi garganta cuando me deshacía en un grito. Pude con esa pérdida y estoy aquí, enfrente de ustedes, y me encuentro que no se me perdona ni una sola palabra. ¿Por qué de repente el gremio se volvió tan intolerante? ¿A qué le temen? ¿A que revele el secreto? ¿Vale la pena tener la habilidad de crear cosas de la nada, como este jarrón Ming de hace dos mil años…

MIMOTEO crea un jarrón imaginario

MIMOTEO: …a cambio de mi voz?

MIMOTEO agarra el jarrón y lo tira al suelo. Se escucha la porcelana
rompiéndose.

MIMOTEO: ¡Pues no creo! ¡Renuncio a ese poder! Y sé lo que significa…sé que nunca moriría de hambre…

MIMOTEO pela un plátano imaginario, tira la cáscara y se lo come.

MIMOTEO: …y que tengo a mi disposición toda clase de…compañía.

MIMOTEO hace una mujer curvilínea imaginaria

MIMOTEO: Pero mi voz es demasiado importante para ser acallada. Allá ustedes. ¿Por qué creen que estamos “pintados” de blanco? Pintados no amigos: si nuestra voz muere, nosotros comenzamos a morir también. Somos calaveras con guantes. Somos la razón de que el que va caminando al vernos se cruce la calle y lo aplaste un camión…Somos payasos mudos.

En ese momento le llega a MIMOTEO un jitomatazo, esta vez real. Se limpia y
poco a poco se va quitando su vestuario de mimo.

MIMOTEO: ¿Lo ven? Ninguno de ustedes soporta la verdad. Así que me voy. Y lo siento por mi familia…¿Saben qué? No. No lo siento. Ya era demasiado. Tener leones como mascotas, que tu hermana te pida tu rastrillo, sorprender a tus papás haciéndolo en el trapecio…con mortales… no, no lo siento. Quédense con su mutis, yo voy a perseguir mi sueño: ser político.

MIMOTEO gira y se pega con una pared imaginaria.

MIMOTEO: ¡Ay! ¿qué es esto?

MIMOTEO se pega con otras tres paredes imaginarias.

MIMOTEO: Esto no puede ser. ¡Déjenme salir!

MIMOTEO se resbala con la cáscara de plátano imaginaria. Las paredes
imaginarias se lo aprietan cada vez más hasta que queda en posición fetal.
Segundos después, con actitud robótica, se incorpora, toma el disco, y como si el
dedo de una mano fuera la aguja y su boca la bocina, comienza a hablar lo que el
disco tiene registrado….

MIMOTEO: Una sola palabra- una sola palabra-una sola palabra- una sola

…mientras cae el

TELÓN

jueves, julio 13, 2006

La fe del Pescador


Cuentan los muy enterados, que más allá del horizonte existe una playa lóbrega en la que una especie de demonio se te aparece. Relatan los que saben, que puedes llegar solamente en esta barca pequeña, donde sólo quepa tu ser. Dicen los viajeros que debes remar siempre al oriente, hasta que la playa te escoge. Ahí, en la orilla solitaria y en medio de la noche, refieren los conocedores, cuando estás recogiendo la red, asiste a tu compañía una presencia que intimida. A partir de aquí sólo serán suposiciones, pero todas dicen que es un señor, de engañosa prestancia, que emana una cierta sensación de paz sospechosa. Te mira a los ojos y sin que menciones nada, dice tu nombre, esbozando una sonrisa aterradora. No se sabe cómo, pero te obliga a dejar tu barca, y a caminar junto de él, mar adentro, hasta los inframundos. Y no se vuelve a saber de ti más que por lo que relatan los hombres. Yo no sé por qué, pero tengo unos deseos espasmódicos de ir y conocerlo. Quizás él nos pueda ayudar, por fin, a mejorar la pesca.

sábado, julio 01, 2006

DIÁLOGO SIN MIEL


- ¡Atención, querido pueblo! He dispuesto mandarlos llamar a todos ustedes porque-

- Este…Si me disculpa, Su Majestad, un momentito nada más…

- ¡¿Quién se atreve a interrumpir la solemnidad de un discurso oficial de la Soberana Suprema?!

- Ofrezco humildemente mi eterno arrepentimiento, Su Alteza, pero es que siento que es mi deber comentarle algo debe terminar ahora mismo…

- ¡Guardias! ¡Capturen a este irrespetuoso! ¡Su destino es la hoguera!

- Precisamente de eso le quiero hablar, oh gran Patrona. De que yo soy el último guardia que le queda.

- ¿Qué?

- De hecho…soy también el último súbdito bajo su mando… ¿Qué no se da cuenta que esto esta vacío?

- ¡Callad! Encima de insolente, ¡blasfemo!

- Con todo respeto, señora, yo sólo trato de ayudar. Es mi deber protegerla y escoltarla hasta un lugar más seguro, o mejor dicho, más poblado. Y no ayuda a mi empresa que usted se la pase insultándome.

- Cuidado con ese tonito, porque yo te hablo como se me dé la gana. Y otra cosa: yo de aquí no me muevo. Ya vendrá otro pueblo a adorarme. Por lo pronto, retírate, estoy hastiada de tu presencia.

- No me tientes. Ya no tienes fuerzas sobre mi, no sobre ninguno más de nosotros. Sólo nos querías para tener a tus hijos, ¡maldita egoísta! Enamorándonos a todos con tu belleza injusta, con ese aroma dulce que nos hipnotiza.

- Aysh, me aburres, vete ya.

- Sí, ya me voy. Todos se han ido con tu sobrina, más joven y más fuerte. Yo quise quedarme para intentar convencerte de luchar por tu pueblo, por tus hijos. Pero veo que es inútil. Iremos lejos, a hacer otro panal.

- Sí, váyanse. No los necesito. Tengo toda esta miel que dejaron botada. Pueblo ingrato. Una los cría y ellos se creen con derechos. ¡Vete, total, te vas a morir mañana y yo veré morir a tus nietos y seguiré comiéndome esta miel! De veras que con la chusma una no puede, caray.

viernes, junio 30, 2006

"AMORES DE RECREO"
Hoy en el recreo escribí mi nombre y el de Paulina en un corazón, en la puerta del baño. Lo pensé toda la clase de español: me iba a llevar el bicolor en el pantalón y antes de que el maestro Pepe nos prestara el balón para que jugáramos, les diría que tenía ganas de ir al baño.

Por andar pensando en el plan del corazón me regañó el director. Bueno, también por andar viendo a Paulina. No sé cuándo llegó el director al salón a decirnos que el viernes no iba a haber clases para que fuéramos a decirle adiós al Papa. ¿O era el jueves? No sé, pero no lo pelé y se enojó y me regañó. “Dígame señor Martínez”, me dijo, “en qué anda Usted pensando”. Siempre que regaña a alguien le habla de Usted, como si fuera grande. A mí me dio pena decirle que no sabía qué pensaba, pero que nada más me gustaba andar viendo a Paulina.

Yo sé que todos saben que me gusta Paulina. Me hacen burla siempre que entra al salón. Y yo me pongo rojo rojo y quiero callarles la boca a todos pero también me dan ganas de saber si ella sabe, y si también le gusto. Por eso quise poner el corazón: para que todos lo sepan, hasta ella. Y todo salió muy bien: sonó el timbre, las niñas se fueron a chismear y a saltar la cuerda, y nosotros nos fuimos a pedirle el balón de fut al maestro Pepe. Me dijeron que fuera portero, y yo les dije “Sí, pero tengo ganas de ir al baño”. Me encerré y esperé a que los demás dejaran de hacer pipí y se fueran. Me bajé los pantalones aunque no quería hacer, saqué mi bicolor y con letra bonita escribí “Leonardo” con color azul, “y” también con azul, y “Paulina” con rojo. Después dibujé un corazón gordo alrededor, y no le puse flechita porque se me hizo cursi. Me estuve ahí un rato y después me fui a jugar.

El director casi me castigó por no hacerle caso. Pero me perdonó por ser aplicado. “Señor Martínez, me sorprende Usted.” Me dijo. “Que esta sea la última vez, señor Martínez.” La verdad me gusta que me hable de Usted. Siento que así puedo ganar respeto de Paulina, que soy igual a ella. Después el director se despidió de nosotros y de Paulina. “Continúe Usted, profesora”. Ella sonrió mientras yo escondía el bicolor en la bolsa.

domingo, junio 25, 2006

HAIKUS LIBRES

Flores azules
rodean la sonrisa
del buen difunto.

Quiso regresar
de sueños subterráneos:
Popocatépetl.

No logramos ver
el corazón ajeno
mirando espejos.

De noche llueve
sobre ciudades tristes;
no se conmueven.

La verde iguana
ama los baños de sol:
siempre la sanan.

Camino al mar,
quiero ir a su confín
sin saber nadar.

Bellas durmientes
impacientes aguardan
besos que mienten.

Despreocupada,
ella retó al caballo:
sufrió patadas.
HOMENAJE A PAJARITO


¡Corran! ¡Huyan, todos! ¡Hay un loco que nos quiere matar! ¡Que corran, les digo! No saben la que les espera si no se van. No saben cómo me tenían a mí. No he comido en días, no me dejan dormir… ¿Por qué ninguno de ustedes se va? ¿Qué esperan? ¿No huelen mi miedo? ¿No huelen mi confusión, de por qué la mano que al principio nos daba de comer, a mí y a mis hermanos, después nos quemó, nos azotó, nos traicionó? Eso dolió más que sus golpes. Yo ya no pude tirarme entre la paja seca. Día y noche me tuvieron parado, jalando mi cola, pateándome entre las patas. Todos estos días me hubiera gustado tanto ser buey. Como aquellos que vi hace muchas lunas, cuando todo era tibio, como la leche de mi madre. ¿Por qué se quedan ahí, qué esperan? Vámonos todos, antes de que venga el monstruo rojo. Ese que no me dejó dormir entre la paja. Me gustaba sentir cuando se aplastaba cada hierba seca debajo de mí. Me gustaba el calor, la caricia de la noche, quedarme dormido y despertar entre nubes, en medio de un pasto verde, dulce y comer con mis hermanos. Pero me arrancaron de ahí, esos ogros que vienen tras de mí y huelen a ti y a ti y a ti, pero no me importa porque yo les quiero avisar a todos y por eso he llegado con ustedes y los empujo. Para que reaccionen. Y ahora sí huelen a miedo, ahora sí gimen y berrean. ¡Por fin, ahora, sí, todos huyamos! Esperen un poco, mi pata se ha atascado. Esperen, no dejen que se me acerque. Es él, y una de sus manos me quiere tocar. Está fría. Esperen. No me puedo mover. El frío está adentro, eriza mi cuerpo, no me deja respirar. Esperen. Ayúdenme, denme calor. El monstruo rojo me alcanzó. Y crece. Crece y me envuelve con su color. Los gritos se pierden, su olor se va. Tengo miedo pero comienza a darme sueño. Y el pasto regresa. Mis hermanos, mi madre, el sol. Hay tanta hierba y tantas flores que no podré comerlo todo en…Un momento, un hermano ha llegado. Y otro. Y otro. Y otro. Y….
" SUEÑO GRATIS "

Llegué de la oficina a las dos de la mañana. El informe trimestral tenía a Contabilidad de cabeza, y más a mí por ser el único contador que se había salvado del brote de hepatitis. Puse las llaves en el cenicero y me preparé un vaso de leche. El eco del ronroneo de las computadoras todavía giraba en mi cabeza. Necesitaba ruido. Me acosté y encendí la televisión.

Con el sistema de paga cortado y la antena rota, mi tele sólo captaba los infomerciales que ofrecían mujeres, cuchillos y salvación. Escogí el último porque el acento portugués de los vendedores / ministros me arrullaba. Sentí la inminencia del sueño y programé el aparato para que se apagara en quince minutos.

atención amigas y amigos señoras y señores niños y niñas mujeres y hombres estamos en presencia de una de las mejores aspiradoras de todos los tiempos aspira polvo piedras animales caballos estrellas ciudades enteras e incluso hasta seres humanos como cristo que murió en la cruz para salvar nostros pecados vosotros son pecadores vengan a la colonia roma tacubaya pantitlán eu mismo estaré ahí para bendecirlos con esta agua no basta para que bajes de peso necesitas reforzar tus músculos mira cómo se tensan los bíceps tríceps cuadríceps con este único movimiento es increíble él lo usa ella lo usa es tan fácil

Me despertó el comercial a todo volumen. Miré el despertador: cuarto para las cuatro. Maldije la calidad de mi televisión Elektra. Maldije el poco tiempo que me quedaba para dormir. Tres horas me quedaban para estar lejos del Licenciado Ortega, dando órdenes con su panza empujando los botones y con su aliento a cigarro podrido. Programé la tele: diez minutos.

miren observen presten atención abran bien los ojos ante esta hazaña tecnológica el huevo no se rompe y el hot cake queda doradito doradito mi cabello y bronceada mi piel háblame acaso no me quieres conocer te prometo que nos vamos a divertir tú yo y tu amiguito estoy sola y fogosa ven a apagar las llamas ven a meterme la virgo sagitario leo cáncer las estrellas te favorecen yo te puedo ayudar a conseguir trabajo novia esposa dinero amante te la está sonsacando

Las cinco veinte. El volumen al máximo. Apagué la tele. Pero el silencio no me dejaba dormir. Corrían por mi mente números, ecuaciones, tablas. Después de treinta y siete vueltas en mi cama –porque las conté – me rendí y encendí la tele otra vez.

el poder ciudadano independiente autónomo socialista liberal demócrata para servir a dios al pueblo Cortés para cuándo los cuadros de mayo ya voy licenciado sólo necesito hacer la sumatoria total de los hot cakes más el cuadrado de los bíceps por la integral de las feromonas leche lala qué rica laurita te ves cuándo vamos a bailar no puedo no tengo dinero pero es tan fácil conseguirlo sólo tienes que venir a la iglesia mirar las estrellas invertir en nosotros tener fe

Las seis. Era hora de levantarse. Me lavé la cara, bostecé fui a la cocina por el martillo. Antes que comenzaran las noticias asesté el primer golpe. Las chispas brincaron, las bocinas se rompieron. Es tan fácil y cómodo usar este martillo. Sólo miren cómo voy y le parto su madre al Licenciado Ortega.
PERSONAJES
Josué, 20 años
Elena, mamá de Josué
Don Joaquín, 50 años


Sala de una casa. Sobre el sillón de tres plazas está acostado Josué, hablando
por teléfono.

Josué: Sí, sí. No sabes cómo se puso, güey. Hubieras ido. Me ligué a cinco chavitas en una noche. Y además ¿qué crees? Que me encuentro a Tatiana. ¿Cómo que quién? Pues la mamá de mi hijo, pendejo. Se me quiso esconder pero ahí estaba la cabrona. La corrí del antro. La mandé a su casa a cuidar a Josuecito… Pues cómo va a estar en el antro si su deber es estar en su casa, con sus papás y mi hijo. Te digo, por eso la dejé. Por puta. Y sus papás se lo permiten. Pero me vale porque me la pelan los tres. No, pero te digo, a cinco viejas me ligué. Y qué viejotas.
(Suena el timbre)

Elena: (Desde lejos) ¡Josué, abre!

Josué: Ya me voy güey porque creo que ya llegó el chilaquil, vamos a ir al partido del América. Sí ya tengo mi playera de Cuauhtémoc y todo. Bye. ¿Quién?
(Tocan la puerta)

Josué: ¿Chilaquil? Ya, no te hagas culebra.
(Azotan la puerta)

Elena: ¡Josué, abre de una buena vez!

Josué: ¡Chilaquil! No mam---
(Abre la puerta. Es Don Joaquín)

Josué: ¡Don Joaquín! Qué milagro, ¿No quiere pasar?

Don Joaquín: Mira Josué. Soy paciente, pero todo tiene un límite. Cuando Tatiana nos llegó con la noticia de que estaba embarazada me dieron ganas de matarte, ¿te acuerdas?

Josué: Este…sí Don Joaquín pero ¿de veras no quiere pasar? Es que ya sabe cómo son los vecinos de chismosos. ¿Una cervecita?

Don Joaquín. Un año, Josué. Te dí un año para que consiguieras chamba y sentaras cabeza. Hoy ya va un año y un mes de eso. Tu hijo, con ese nombre tan espantoso, ya tiene cuatro meses. No lo visitas, no le das de comer, no lo vistes. Y encima, hoy me entero que le partiste la madre a mi hija. ¿Sabes qué? Ya estuvo. Si te crees muy hombre, nos arreglamos como hombres. Te espero afuera en tres minutos. Despídete de tus papás o de quien sea, háblale al sacerdote y confiésate por teléfono y prepara tu culito, porque te lo voy a partir.

Josué: Este…No, don Joaquín. ¿Por qué mejor no pasa y platicamos un poco? Fíjese que justo ahora iba saliendo para una entrevista de trabajo.

Don Joaquín: A ver, en primera, no me quieras seguir viendo la cara de pendejo. Con esa ropa ya sé adónde ibas a ir. Y segundo, sólo te aceptaré una invitación a pasar, cuando vivas en tu casa y no de tus papás. Cuando pase eso, me invitas y nos tomamos unas cervezas. Y si no sales en tres minutos, vengo por ti.
(Azota la puerta. Entra Elena)

Elena: Ay mijito, ¿quién era? ¿Era uno de tus amiguitos, mijito chulo? ¿Por qué no te has ido al partido, te dejaron plantado? Bueno pero de todas formas vete, diviértete. Ten, te hice un itacate. Son dos tortas de cuete mechado. Del que te gusta, mijito.

Josué: Ay, amá. Yo creo que ya no voy a ir. El que tocó era Don Joaquín, el papá de Tatiana.

Elena: ¿Mi ex consuegro? Por fin, hasta que se me va a hacer conocerlo. ¿Y por qué no lo invitaste a pasar?

Josué: Sí lo intenté, amá. Pero nomás no quiso.

Elena: Ay, Josué. Algo le debiste haber hecho. Y no me lo quieres decir, como no me quisiste decir porqué cortaron Tatiana y tú. Tan mona la muchachita.

Josué: Ya te dije amá, que ella me cortó porque se fue con otro güey. De eso a que me creas…

Elena: Pues la mera verdad no, Josué. Ella se veía tan buena niña, tan de buena familia. Pero puede que tengas razón. Fíjate que hace como un mes la vi de lejos en el mercado. Estaba flaca, flaca y ojerosa. Llevaba un bebé en sus brazos. ¿Será del mismo muchacho por el que te dejó?

Josué: Ay, ¡yo qué voy a saber! A mí esa vieja me vale gorro. No le hablaste, ¿verdad?

Elena: Quise, pero como que me vio y se dio la vuelta. Y ya no la pude alcanzar. Y a todo esto, ¿a qué vino su papá y por qué ya no vas a ir al partido?

Josué: Este…No pues es que vino a…pedirme que volviera con su hija. Sí…me rogó el vejete. Y yo, como tengo mi dignidad, le dije claro que no. Y por eso se encabritó y azotó la puerta. Pero antes me dijo que me esperaba en su coche para llevarme con Tatiana, y que si yo salía en este ratito de la casa iba a ser una señal de que yo aceptaba regresar con ella. Y por eso, para evitar malentendidos, mejor me quedo y veo el partido en la tele.

Elena: Ay mijito. Cuánto loco hay en el mundo, ¿verdad? Si yo te contara…Hasta tu padre, Dios lo tenga en su gloria, era un loco desgraciado. Ay, estaría con nosotros si no se hubiera ido con los gringos a Afganistán…

Josué: ¿Qué…no me habías dicho que se fue a Irak?

Elena: Este…sí, por eso, anduvo de aquí para allá. Matando yugoslavos en Palestina, apoyando a los judíos en Vietnam, luchando contra Allende en El Salvador…¿Qué no lo viste en tu clase de historia?

Josué: Ah, de veras. Tienes toda la razón.

Elena: Era un gran hombre. No sé porqué no naciste güerito como él.
(Azotan la puerta)

Don Joaquín: ¡Josué! ¡Es hora!

Josué: Ay mamacita chula. Ayúdame por favor.

Elena: (Sin abrir la puerta) ¡Qué quiere!

Don Joaquín: Señora, vengo por Josué.

Elena: Váyase de mi casa o llamo a la policía.

Don Joaquín: No me voy. Así me encierren el resto de mi vida, voy a vengar la falta de respeto que Josué le ha hecho a mi hija y a mi nieto.

Elena: ¿Qué tiene que ver mijito chulo con ellos dos?

Josué: ¿Sabes qué mamá? Ya mejor no te metas…

Don Joaquín: ¡Cómo que qué tiene que ver! Él es el papá del bebé.

Elena: ¿Pero qué dice?

Josué: Nada, nada. Déjalo, está borracho.

Don Joaquín: Que su hijo es papá de mi nieto, y que todo este tiempo ha faltado a sus obligaciones de padre.

Elena: ¿Está seguro?

Josué: No, es puro choro, amá. Neta.

Don Joaquín: Tan seguro como que me llamo Joaquín Núñez Lara.

Elena: ¡¿Qué?! (Abre la puerta) ¿Joaquín? ¿Joaquín Núñez, de tercero B?

Don Joaquín: ¿E…lena? ¿Elena Sánchez, de primero C?

Elena: (Le comienza a pegar) ¡Hijo de la chingada! ¡Te fuiste cabrón! ¡Y tuviste una hija!

Don Joaquín: Elena, eso fue hace mucho tiempo…

Josué: ¿Ustedes se conocen?

Elena: Díle, Joaquín, díle de dónde me conoces. Ándale, díle que me dejaste embarazada y te pelaste.

Josué: ¿Qué?

Don Joaquín: Elena…calma…eso fue hace mucho tiempo.

Elena: Si supieras la sarta de mentiras que le he tenido que decir. Y nada más porque es bruto y se las cree, pero yo sabía que este momento iba a llegar. ¡Hijo de la chingada! Díle, díle quién eres o ¡te mato!

Josué: ¿Amá?

Don Joaquín: Ay, ya por favor. Ya no me pegues.

Elena: ¡Díle!

Don Joaquín: Josué…¿Qué te parece si olvidamos todo, eh?

Elena: ¡Cobarde! ¡Como siempre!

Josué: ¿Amá…él…era tu novio?

Elena: ¡Sí, menso! ¡Es tu papá! Y por lo visto me hizo lo que tú le hiciste a Tatiana. Así que ¿sabes qué? Te me largas de la casa. Los dos.

Don Joaquín: Elena…Eli…gorrioncita…

Elena: ¡Qué gorrioncita ni qué ocho cuartos! Vete con tu esposa y tu hija. Ah pero eso sí te digo: si vuelves a pisar esta casa, te juro que ahora sí te vas a acordar de mí toda tu vida.

Josué: A ver a ver. Hay algo que no he entendido todavía: Me estaba acostando con…¿mi media hermana?

Don Joaquín: Pues…sí. Y tu hijo es tu sobrino. Pero ¿sabes? Las cosas pasan por algo, no ha de ser tan grave…

Josué: ¿De veras? ¿No es un pecado?

Don Joaquín: No, hijo cómo crees.

Elena: ¿Hijo? Más descarado no te creía. Váyanse de aquí, no los quiero volver a ver.
(Elena se va con las manos en su rostro)

Josué: Oiga apá…el Chilaquil nunca llegó…¿no quiere ir conmigo al partido?

Don Joaquín: Bueno pero que quede claro que le voy a las Chivas, ¿eh?

Josué: Tá bien. Oiga apá…¿y cómo es Vietnam?

(Salen los dos y cierran la puerta)
"De por qué la novela apócrifa llamada 'LA MOSCA-CORONEL NO TIENE QUIÉN LE ESCRIBA' tiene un final feliz"

" (...)

- ¿Y ahora qué comeremos?

- Comeremos mierda. "

martes, junio 13, 2006

MONÓLOGO SIN MANZANAS

Los traigo pero fintitos…Mira nomás cómo están quietos, quietos. Bueno, dizque. Como si no supieran que no sé que se la pasan copiando, como si se burlaran de mí, ¡por favor! Que se copien lo que quieran, hasta la etiqueta de sus calzones cagados apestosos. Total, mañana me voy, me regreso a Pinotepa y estos que se queden a seguirse copiando toda su ricachona vida. Lo único bueno de trabajar en lugares tan acá como este es el café que sirven, ¡Ah, qué rico! ¡Pinche Ramírez! ahí va, como siempre, a copiarle al pendejo de Mendoza. Si le va a copiar, que le copie a García. Ese Ramírez…¿cómo es que se llama? A ver…Pérez…Quintero…¡Ah, sí!: Daniel. Siempre de copión, siempre reprobando, siempre respondón. Deberías aprender a García, Ramírez. Se aprende de volada las fórmulas de los alcoholes y se queda siempre en el laboratorio a ayudar. Y encima está bien chulo. Deberías aprender, pinche Ramírez. Por escuincles como tú es que se largan los maestros de este internado. Sí, te estoy hablando a ti aunque te hagas el aplicadito. Ay sí, ay sí: hago como contesto el examen y mi lápiz ni siquiera tiene punta. Pendejo... Tres y media. Carajo, falta media hora y casi nadie ha pasado de la página tres. Ni siquiera García. ¿Qué lo habré hecho muy difícil que ni copiando acaban? Bueno, a mí qué me importa, ya no voy a volver a ver ni oír ni a oler a estos demonios. Pero no olían tan mal. En especial Ramírez. Lástima que sea tan pinche majadero. ¡Ah, cómo se me puso al brinco la vez del gimnasio! Con sus grititos de puta por poco despierta al padre. O más bien, por poco lo distrae de sus propias movidas. Lo bueno es que ya me voy ora sí a probar mujer, hace tanto que quiero una. A la salud de las pinches viejas. Ah, qué rico café. Bueno pero ¿por qué nadie acaba, chingada madre?
¿Qué me ven?
¿Por qué se levantan?
¡No puedo hablar!
¡Mi panza!
¡García, hijo de tu puta ma-

miércoles, mayo 31, 2006

Salimos en la noche. Casi nunca salimos en la noche. Ella me manda a la cama después de Bob Esponja y se queda viendo las noticias.
Pero anoche prendió la luz. Yo todavía no estaba dormido pero le reclamé como si sí. Ella no me hizo mucho caso, tenía la cara que pone cada vez que viene la señora de la renta. Me dijo que me vistiera y que me lavara los dientes. Rápido. Cuando fui al baño vi la tele prendida. Estaban pasando la foto de mi papá. “¡Papi, papi!”, le grité. Ella corrió a apagarle. Yo no entendí por qué se enojó conmigo, y que me mirara como cuando le pinté sus billetes de cien de color verde para que parecieran de doscientos. Me jaló al lavabo y ella misma me lavó los dientes. Como estaba tan enojada me dio miedo quejarme, pero me sacó sangre de la boca y cuando escupí la pasta rosa en vez de blanca, ella me abrazó y me pidió perdón. Creo que se asustó con la sangre. A mi ya no me asusta, me sale a cada rato por la nariz y ya sé que hay que ponerme una servilleta mojada en la frente y que debo mirar hacia arriba y en un ratito me deja de salir. Ella ya había hecho una maletota que sólo usamos cuando fuimos a ver a mi abuelita a Veracruz. Le pregunté si la íbamos a ir a ver, pero no me contestó, se movía como cuando te dan ganas de ir al baño. Cerró con llave y puso un candado que yo nunca había visto. Me tomó de la mano y caminamos rápido hasta la calle grande. No me gustaba caminar tan rápido, quería ver nuestras sombras largas y conocer por fin al señor que anunciaba los tamales oaxaqueños. Pero ella no quiso, y me apretó la mano cuando escuchamos pasos detrás de nosotros. “No voltees” me dijo. Yo volteé. Era él, mi papi. “Papi, papi” le volví a gritar. Ella se detuvo y me cargó. Se miraron como yo miro al que me pega del salón. Ella sacó una pistola como la que no me quiso comprar en el mercado. “No des un paso más”, le dijo. Él lo dio. Ella con una mano me tapó la cara y con la otra no sé qué hizo pero después ví que se la lavaba con mucho jabón. Mi papi se había dormido y le empezó salir sangre. Ya estaba volteando para arriba, sólo faltaba ponerle un pañuelo mojado. Hoy volvió a salir en la tele. Le pusieron un pañuelote enorme, que le cubría todo el cuerpo. Ella está tranquila. Tiene la cara que puso cuando le enseñé mi primer diez.

miércoles, mayo 17, 2006

Hola. Punto. Arrancamos. Punto.